Nuestro comportamiento social puede ser pasivo, agresivo o asertivo. Cuando un niño actúa de forma pasiva no se expresa a sí mismo, deja que los demás niños le manden, le digan lo que tiene que hacer y no defiende sus propios derechos. Por regla general, sus necesidades, opiniones o sentimientos son ignorados, y puede que los otros niños se aprovechen de él.
En el otro extremo se encuentran los niños que son agresivos. Son niños mandones e intimidan a los demás. A este tipo de niños sólo les preocupa conseguir lo que ellos desean y cuando ellos quieren. Pocas veces tienen consideración con los sentimientos de los demás y, con frecuencia, se meten en líos y peleas. Estos niños tienden a aprovecharse de los demás y, generalmente, tienen pocos amigos de verdad.
Por último, hay niños que tienen un comportamiento asertivo. Esto es, son niños que dejan que los demás sepan lo que sienten y piensan de una forma que no les ofenda, pero que al mismo tiempo les permita expresarse. Estos niños saben defender sus derechos sin imponerse, atropellar o ignorar los sentimientos o pensamientos de los demás.
A continuación se expone un cuestionario para conocer cuál es el comportamiento social del niño.
POR CARMEN ÁVILA DE ENCÍO