Llamamos “persona madura” a la que conoce sus capacidades y límites de modo realista y, al propio tiempo, es exigente consigo misma en el ejercicio de las capacidades que posee.
Los niños, por definición, en tanto son niños, no han alcanzado la madurez. Pero acorde a su edad esta cualidad se manifiesta en la capacidad de reflexión, en la confianza mesurada en los demás, en saber convivir, en la tolerancia al fracaso y en la capacidad de esfuerzo para alcanzar los objetivos que se propone.
A continuación se presenta un cuestionario para valorar la madurez psicológica en niños y niñas de ocho a trece años.
Por: Carmen Ávila de Encío