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Quienes somos

Nuestro punto de partida es que la familia es uno de los factores más relevantes en la vida de las personas. El estudio JÓVENES ESPAÑOLES ENTRE DOS SIGLOS 1984-2017 realizado por la FUNDACIÓN SM recoge el siguiente dato: ¿Qué consideran los jóvenes de 2016 importante en sus vidas? Si tenemos en cuenta lo que piensan que es “muy importante” destacan con valores por encima del 80 % solamente “la salud” y “la familia”, y le siguen a una distancia considerable (20 puntos porcentuales) pero con valores superiores aún al 50 %, “los amigos y conocidos”, “el trabajo”, “el tiempo libre y ocio” y “llevar una vida moral y digna”.

Con frecuencia, lo que de verdad es más importante solo se aprecia cuando no se tiene.

En el ámbito personal, los estudios experimentales de René Spitz (1.887-1.974) han mostrado como niños internados en orfanatos bien atendidos desde los puntos de vista médico, higiénico y nutritivo, enfermaban e incluso llegaban a morir debido a la carencia de una madre (o figura aceptada por el infante) que les preste atención y cariño de modo personal. Lo que pone de manifiesto que la necesidad de cariño es prioritaria para la vida humana incluso respecto a los medios materiales.

Dando la vuelta a la cuestión, el vínculo de apego entre padres e hijos sostiene su educación: facilita la autoestima del menor y su apertura al mundo; y es soporte de su desarrollo intelectual, de su educación mediante modelos, y de la consecución de objetivos concretos que al mismo tiempo fortalezcan su voluntad.

En el ámbito público, no es concebible una sociedad sin familias. Estamos acostumbrados a que sea el Estado del Bienestar el que resuelva nuestras vidas mediante diversas prestaciones. Pero cuando este no existe o falla, por ejemplo en los casos de crisis económica, es la familia la que asume la protección y ayuda de sus miembros.

La familia se muestra así como una institución intermedia entre el poder político y el individuo aislado, que merece ser protegida y fomentada.

Por familia puede entenderse cualquier grupo humano que cumpla estos fines. Pero nosotros nos vamos a referir de modo prioritario a lo que podríamos llamar familia ecológica: la que se funda en el amor romántico entre un varón y una mujer que no es solo un mirarse recíproco, sino también un mirar conjunto a los hijos (a su casa vienen, serán bien recibidos) y a un proyecto solidario de vida, sustentada en “aquello que es mejor que lo mejor” fórmula que Julián Marías en San Anselmo y el Insensato considera “el hallazgo intelectual de Dios”.

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Carmen Ávila de Encío