El clásico árabe aconseja esperar sentado a la puerta de tu casa, a que pase el cadáver de tu enemigo. Teresa de Ávila tiene una letrilla sobre el tema: Nada te turbe, nada te espante (…), la paciencia todo lo alcanza, sólo Dios basta. En ambos casos, dos culturas tan dispares coinciden en definir la paciencia como “saber esperar”.
La paciencia puede, por tanto, definirse (como todas las virtudes) como virtud activa: el hábito de saber estar en las propias circunstancias.
Cuando se acercan las vacaciones ¿está este hijo más inquieto?; si se le pide que espere para salir todos juntos ¿es capaz de permanecer sentado sin hacer nada? Estas y otras cuestiones ponen de relieve la paciencia o impaciencia de sus hijos.
La paciencia es una cualidad importante que debiera cultivarse en el ámbito familiar. Lo contrario, la impaciencia, o dicho de otro modo, el quererlo todo “ya y ahora” está ligado a la impulsividad y a la ansiedad.
Este cuestionario está pensado para niños de ocho a trece años, quienes deberán rodear con un círculo en la columna SI cuando hayan notado que ellos piensan, sienten o les ocurre lo que se les pregunta, y en caso contrario deberán rodear con un círculo en la columna NO.
Por: Carmen Ávila de Encío